viernes, 4 de septiembre de 2009

nito madrij

no fuimos al campo en el primer luciotur. pernoctamos en rivera y solo recorrimos la gegrafia minima del pueblo. un poco porque no daban los tiempos (apenas nos quedamos una noche), pero tambien porque lucio no parecia muy entusiasmado en llevarnos a eso que -con falacia discursiva- solemos llamar "el medio de la nada".

ignorabamos las razones por las cuales se resistia a que conocieramos sus pagos profundos. las descubrimos ahora: lucio pensaba que el campo nos iba a embolar. que al carecer de las comodidades, las luces y el bullicio urbanos, resultaria para nosotros una excursion densa y sin interes. lo que el no comprendia: aquellas carencias (o mejor, todo lo que las suple) era precisamente lo que habiamos ido a buscar.

cuando lo entendio, se calzo el traje de madrij y nos regalo una experiencia fascinante. nos subio a su chata de raza fuerte, cargo las provisiones (incluido el ya clasico queso especiado del tambo "lacteos de la colonia") y manejo los 40 km x camino de tierra que separan la casa de mama felisa del refugio rural que comparte con su hermano bruno.

lo que sigue es la seleccion de flashes de las horas magicas que vivimos en lapin.

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